El emblemático barrio porteño de La Boca es llamado así debido a que precisamente en este sector el Riachuelo forma una especie de "boca" al arrojar sus aguas en el río de la Plata.
Aún se discute si fue en este barrio donde Pedro de Mendoza fundara por primera vez la ciudad de Buenos Aires, pero con seguridad las márgenes del Riachuelo fueron su primer puerto.
Hacia finales del siglo XVIII, ambas márgenes registraban un gran movimiento de marineros y comerciantes. La inmigración italiana, en particular genovesa, dio caracter a este barrio, donde más de la mitad de la población era extranjera. Sus características viviendas coloridas de chapa acanalada conformaron los "conventillos", viviendas donde debían convivir, algunas veces armoniosamente y otras no tanto, varias familias.
Uno de los pintores argentinos más reconocidos, Benito Quinquela Martín, dedicó prácticamente toda su obra y también su vida a plasmar la fisonomía de La Boca; se preocupó por la preservación del aspecto del barrio e incluso bautizó así a la emblemática calle-museo "Caminito", en homenaje a un famoso tango. Esta calle es una muestra pintoresca del barrio, visita obligada del turista.
Quinquela Martín vivió en este barrio y donó terrenos para la creación de la escuela-museo Pedro de Mendoza, cuyas aulas decoró con temas del puerto. También creó el Teatro de la Ribera, cuyas paredes están igualmente cubiertas por su obra.
Numerosos artistas y artesanos ofrecen sus obras al visitante, quien puede fotografiarse también junto a algún bailarín de tango. En sus restaurantes se sirven pastas, pescados y mariscos. Cruzando el puente Avellaneda se tiene una vista del Riachuelo, el Río de la Plata y el puerto de Buenos Aires.
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